jueves, 27 de septiembre de 2012

Dormir: la nueva droga




He llegado a la conclusión de que si las horas de sueño se pudieran comprar, vendería todos mis bienes para conseguirlas. O aun más, si se trataran de algo ilícito, estaría dispuesta a romper la ley para conseguirlas. 

Bueno, estoy exagerando, tan deprivada de sueño no estoy, pero por estos días que enfrentamos la dentición de Baby Girl como un proceso lento y tortuoso, creo que una cura de sueño no me vendría mal.

Si son 20 dientes de leche y cada diente nos priva de una semana de buen dormir, eso quiere decir que tenemos un total de 120 días de mal dormir. Baby Girl tiene 4 dientes, eso quiere decir que nos quedan 112 noches de fiesta. Como todo problema matemático, éste también me da dolor de cabeza.

Pero bueno, dicen que esto es el principio, que una nunca vuelve a dormir tranquila una vez que tiene hijos… no pensé que tenía que tomármelo tan literalmente.

Afortunadamente, la medicina nos da una mano con lo que respecta al manejo del malestar y dolor; una cucharadita de paracetamol y voila todo vuelve a ser color de rosa exactamente después de 15 minutos. Lo complicado del asunto es que Baby Girl coopere y acepte tomar el medicamento de esa cucharita tan poco eficiente.



-      Mmmmmm que ricooooo, juguito, ven ven chiquita, mmmmm, mira que ricoooooo…

Por supuesto que preferiría sentar a mi hija, mirarla a los ojos y decirle “mira mi amor, te voy a dar esto que te va a aliviar el dolor” y ella me diría “Gracias mamá, espero me haga sentir mejor” Pero a los 13 meses y por más inteligente que encuentre a mi hija, no creo que lleguemos a entablar tal diálogo.

Baby Girl comienza a correr por el living, escapando del líquido pegajoso que está a punto de ser forzada a tomar. Mamá persigue a Baby Girl chorreando el líquido que no es sólo pegajoso pero también de color rosado intenso… ¿era necesario señor químico farmacéutico? 

Después de repartirle el paracetamol por la cara y esperar que algo haya caído por la garganta, procedo a limpiarnos y cambiarnos la ropa rosada y pegajosa. Si esto sucede a las tres de la tarde, imagínense cómo es a las tres de la mañana, cuando con Super Daddy tenemos que agarrar a Baby Girl y repetir la misma persecución y el mismo proceso de limpieza que le sigue a continuación..... pero con sueño.

Decido ponerle fin a mis problemas y voy a la farmacia a comprar una jeringa para darle la medicina pegajosa a Baby Girl.

-        Necesito una jeringa 
-        ¿Y para qué sería?, me pregunta desconfiada la vendedora al notar mis ojeras y aspecto ajado, podría ser perfectamente una adicta a la metanfetamina.
-        Para darle paracetamol a mi hija, respondo con tiritón de pera.

También está la medicina alternativa, Flores de Bach (o Brandy)[1] y la homeopatía, terapias que independiente de que creamos o no en su eficacia,  estamos dispuestos a probar cuando se trata del bienestar de nuestros hijos (y nuestros). En Inglaterra venden unos polvitos homeopáticos que vienen en un sobre pequeño que uno les echa en la boca a los niños. Una vez más, no sé si es  mi hija la rebelde o qué pero ¿qué niño de 13 meses se sienta tranquilito para que le viertan el contenido de un sobre en la boca? Hago el intento de todas formas y nuevamente termino con Baby Girl con algo parecido a cocaína en la cara y el resto repartido en el piso.


 Pero dejando atrás todas las noches de sueño interrumpido, la ropa, suelo y sillones pegajosos,  lo más adictivo que he conocido hasta el momento es la risa de mi hija, con o sin dientes, no puedo dejar de adorar sus carcajadas.
 





[1] Bromas, soy una fiel seguidora de las flores de Bach… y del Brandy.

2 comentarios:

  1. collar de ambar, funciona, CAMILIA debes conocerlo, y goma de denticion: un rato en el congelador, remedios para las guaguas

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias chiquiturri! Voy a probar Camilia y el collarcito de ambar, creo que venden unas pulseras tambien... vamos a ver si Baby Girl me las aguanta :S
      Un abrazo xx

      Eliminar