Bueno, partamos por el principio
que siempre es mejor. El embarazo.
La verdad es que tuve un
embarazo fenomenal, nada de que quejarme. El sistema de salud británico me dio
un buen servicio durante mi estado de gravidez e incluso me invitaron a una
clase de preparación para el parto. La idea era que como futura mamá, planeara
mi parto y (yo) decidiera cómo Baby Girl
vendría al mundo[i].
La verdad es que no tenía mucho susto. La mayoría de mis amigas en Chile que
han tenido hijos tuvieron partos bien buenos así que pensé que yo no sería la
excepción[ii].
Yo ya me venía preparando
hace rato. Mi espíritu new age y élfico se apoderó de mí y me pasé gran parte
del embarazo en total estado zen y yogi alimentando a mi pequeña con el mejor
alimento espiritual y terrenal. Clases de yoga, natación, respiración,
meditación y todas las otras terapias alternativas terminadas en ción o apia. Y
fue con este espíritu que me dediqué a escribir mi plan de nacimiento con todo
lo que quería para el día D. Una vez impreso lo dejé pegado en el refrigerador
de modo tal que Mr. Right tuviera acceso directo en caso que el día del
nacimiento me viera poseída por una doble personalidad de mujer parturienta, de
esas que disparan combos, tiran garabatos
y sacuden al doctor para que les dé una epidural. Pero eso no me iba a
pasar a mí porque la respiración lo puede todo.
Mi plan new age incluía
parto natural en el agua con música de relajación de fondo; una banda sonora
que incluía desde Enya hasta música de indios navajo. Mis aceites de lavanda
para masajes, jazmín para aromaterapia y una serie de pequeños talismanes y
rituales que me ayudarían a traer a Baby Girl al mundo de forma natural y
mística.
Bueno, para no entrar en
detalles escabrosos que pueden alterar al hipertenso, Baby Girl llegó al mundo
después de 24 horas de un intenso trabajo de parto, la mitad sin anestesia. Sin
piscina (y sin pieza por algunas horas), sin aromaterapia, sin lavanda ni jazmín
y lo más terrible, sin Enya. Si hubiese tenido que elegir una banda sonora
apropiada para el proceso creo que Eminem habría sido más ad hoc que Enya.
Mi hojita del refrigerador
fue suplantada por una serie de cosas que no me esperaba, entre ellas epidural
(que agradecí después de 9 horas de contracciones dolorosas que no se me
pasaban con el “paracetamol” que me dieron), drogas para inducir el parto,
antibióticos, más epidural y el temido y detestable fórceps.
Ya no me quedaban muchas
fuerzas, y todo fue duro y difícil. Pero ver a mi chiquitita tan despierta y
voraz de leche y mundo me devolvió la energía para abrazarla cada día.
Creo que el nacimiento de
mi hija me dio la primera lección parental: parir y criar no siempre salen
acorde al plan. A pesar de ser psicóloga siento que es muy poco lo que puedo
hacer desde la teoría respecto a la crianza. Es más, puse los libros de “como
ser buenos padres y bla bla bla” en una caja y ahora voy a ver qué es lo que mi hija me tiene que enseñar a mí. ¡A ver cómo
me va!
Querida Cata me has sorprendido nuevamente pues no te conocia esta beta de escritora y con cuyas palabras me he deleitado y acordado de los relatos en vivo de tu ideal parto que no fue nada de ideal. Pobrecita. Pero la maravillosa Amelie opaco con su llegada todo dolor y pesadilla no solo de las contracciones sino de nuestro sistema de salud britanico. Te felicito de todo Corazon y sigue escribiendo que atenta estare a leer tus lineas que hoy me han dejado contenta de tener una amiga tan entrete como tu. Monica
ResponderEliminarAy amiga.Qué rica forma de poder sentirlas cerquita..Me encanta que desarrolles tu habilidad de escritora, nuestra nueva Louisa May Alcott. Ami, aparte de contarnos en forma gráfica y entretenida tu nueva vida de londoneer mommy, déjame decirte que esto hará que tus groupies sigamos de cerca tu vida diaria. No es necesario escribir palabras complicadas para parecer inteligente. Nunca hemos dudado de tu capacidad intelectual....Sólo te pido que lo actualices, pues este mundo loco a veces nos come el tiempo, y sumado a la distancia nos hace perder el hilo conector de tu vida en Londres....No quiero perderme ni un pedacito de esta!!...Las quiero muchísimo y SIGUE NARRANDO entre papas y nappies.Un abrazo Mint.
ResponderEliminarCata, ¡Me encantó leerte y escucharte! como dice la Gabo (mint cierto?) es como tenerte más cerquita. Hace mucho que no hablamos y poco sé de tu nueva vida de Mamá in London. Buenísima la idea de escribir el blog, me quedo feliz de estar más actualizada de tu vida y experiencias, como siempre very deep, sincera y divertida, me declaro tu nueva seguidora! Te felicito amiga por explorar esta faceta creativa que tanto te gusta y que me alegro el día! Un abrazo
ResponderEliminarGracias Marce! yo tambien quiero saber de ti... a ver si me mandas unas lineas...
EliminarTe mando un abrazo muy pero muy grande